martes, 10 de marzo de 2009

Al destino la acumulación de esperas
al tiempo sus huesos torcidos.
A las ancianas tristes sus hijos vivos
a los vidrios sus piedras y reflejos.
A las guerras su sangre pútrida
y a los vencedores consuelo.
A la mierda su pisada diaria
a las conciencias su teta y su manta
a los solos su perro ciego.
A las canchas vacías
sus niños llorando barro.
A la poesía su fusil de armiño
al canto sus cantos tristes
y a la vida más vida.
Al pueblo lo que al pueblo pertenece.

15 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

¡Y a la vida más vida!
Faltaba más =D

Muá.

sandra dijo...

amén!

Fernando Visbal Uricoechea dijo...

Y a cada atardecer su silencio.

No Name dijo...

y a cada niña llamada javiera una niña llamada camila...para que puedan ver como un perro se lame su intimidad frente a sus narices...y luego enterarse que el perro ha muerto.

Clafe dijo...

gracias..si fueron verdaderamente bellos esos dias junto a mis dos hombres....tus letras excelentes..y no te tapes la cara....saludos...

Saúl dijo...

y a este poema una voz que lo recite…

El Aparecido dijo...

y al césar lo que es del césar

saludos ;)

Alex Durán dijo...

porfiada.

Rizomantico dijo...

Si al fin todo pueblo
es un pueblo fantasma.

Myriam dijo...

A la poesía su fusil de armiño, ése que tan bien empuñas y con tanta puntería disparas.

Saludos, Camila!

Anónimo dijo...

que lindas palabras, llegué de colada. buen blog, pasaré de vez en cuando.
Saludos Camila =)

Rizomantico dijo...

Al pueblo sus fantasmas.

Anónimo dijo...

al fantasma su identidad.

Camy dijo...

Un manifiesto personal, al cual yo me uno. Felicidades.
un beso

edegortari dijo...

Creo que este es, por mucho, uno de tus mejores poemas. Quizá podrías quitar los dos penúltimos versos, pero todo lo demás queda chingón. De verdad muy bueno. Saludos.