Te
despiertas
pequeña
ave del dolor
abriendo
tus alas
como si
regresaras de la muerte
por el
pequeño camino de la esterilidad y el miedo
y así me
siento;
terriblemente
estéril
al no
poder tocarte
pequeña
ave del dolor
que abres
y cierras las alas
entre las
sábanas
yo tan
sólo te miro
arrastrando
una pena
que viene
de otra vida
un
lamento que tenemos todos
los
tristes hombres del hambre
un
lamento que estalla en gritos
que nadie
oye
porque
nuestro mundo convulsiona
los
secretos del amor y sus huellas
(Apollinaire
nos entiende al decir
que
finalmente te cansa este
mundo
viejo)
pero yo
tan sólo te miro
y tú no
sabes que cargo esta pena
tú no
sabes
que
camino desnudo por las calles
tú no
sabes
que lloro
al ver los atardeceres rosas
tú no
sabes
que
cierro los ojos al oír tu nombre
tú no
sabes que mis ojos
condenan
a muerte toda belleza
pero qué
importa
este
deseo de matarme a balazos
qué
importa
que todo
aquello que algún día quise
esté
muerto
si al
verte despertar
pajarillo
del dolor
te
prometo
te
prometo que soporto todo.