lunes, 22 de febrero de 2010

Te despiertas
pequeña ave del dolor
abriendo tus alas
como si regresaras de la muerte
por el pequeño camino de la esterilidad y el miedo
y así me siento;
terriblemente estéril
al no poder tocarte
pequeña ave del dolor
que abres y cierras las alas
entre las sábanas
yo tan sólo te miro
arrastrando una pena
que viene de otra vida
un lamento que tenemos todos
los tristes hombres del hambre
un lamento que estalla en gritos
que nadie oye
porque nuestro mundo convulsiona
los secretos del amor y sus huellas
(Apollinaire nos entiende al decir
que finalmente te cansa este
mundo viejo)
pero yo tan sólo te miro
y tú no sabes que cargo esta pena
tú no sabes
que camino desnudo por las calles
tú no sabes
que lloro al ver los atardeceres rosas
tú no sabes
que cierro los ojos al oír tu nombre
tú no sabes que mis ojos
condenan a muerte toda belleza
pero qué importa
este deseo de matarme a balazos
qué importa
que todo aquello que algún día quise
esté muerto
si al verte despertar
pajarillo del dolor
te prometo
te prometo que soporto todo.