miércoles, 3 de junio de 2009



 Imposible odiar el pasado de tus manos
mientras las estrellas siguen cayendo como pájaros
sobre las nubes y la niebla
mi pena de árbol seco sigue lamiendo las heridas
del recuerdo de tus manos
           del recuerdo del recuerdo de tus manos

de tus manos imposibles de odiar, hoy recuerdo el silencio.

A dolor y nieve sabe mi sombra
cuando entre las sombras, tus ojos faroles aparecen
silentes, gritando enigmas y vidrios

                 cautiverios y adioses de viernes.

Sabes que no existe el pasado sin llorar al sol y al deseo
sabes que es demasiada la derrota de nuestra carne
como para pensar en amor hoy
en amor mañana
en amor como fruto recurrente

sabes que cuando hablo de tus manos
el cielo me prohíbe blasfemar y odiar

sabes que no soy la primavera
no soy un sitio más cercano a la luna
no seré el cisne delator que grite 

                           teesperoenlaesquina

no soy más que el frío de tu vientre


                la sangre

                       y el latido.