Al destino la acumulación de esperas
al tiempo sus huesos torcidos.
A las ancianas tristes sus hijos vivos
a los vidrios sus piedras y reflejos.
A las guerras su sangre pútrida
y a los vencedores consuelo.
A la mierda su pisada diaria
a las conciencias su teta y su manta
a los solos su perro ciego.
A las canchas vacías
sus niños llorando barro.
A la poesía su fusil de armiño
al canto sus cantos tristes
y a la vida más vida.
Al pueblo lo que al pueblo pertenece.
15 comentarios:
¡Y a la vida más vida!
Faltaba más =D
Muá.
amén!
Y a cada atardecer su silencio.
y a cada niña llamada javiera una niña llamada camila...para que puedan ver como un perro se lame su intimidad frente a sus narices...y luego enterarse que el perro ha muerto.
gracias..si fueron verdaderamente bellos esos dias junto a mis dos hombres....tus letras excelentes..y no te tapes la cara....saludos...
y a este poema una voz que lo recite…
y al césar lo que es del césar
saludos ;)
porfiada.
Si al fin todo pueblo
es un pueblo fantasma.
A la poesía su fusil de armiño, ése que tan bien empuñas y con tanta puntería disparas.
Saludos, Camila!
que lindas palabras, llegué de colada. buen blog, pasaré de vez en cuando.
Saludos Camila =)
Al pueblo sus fantasmas.
al fantasma su identidad.
Un manifiesto personal, al cual yo me uno. Felicidades.
un beso
Creo que este es, por mucho, uno de tus mejores poemas. Quizá podrías quitar los dos penúltimos versos, pero todo lo demás queda chingón. De verdad muy bueno. Saludos.
Publicar un comentario