Correré hacia la luna
siguiendo el trayecto de tus manos.
La velocidad de las estrellas
me recordará aquella fantasía:
guardar en mi risa y en el vértigo
el sabor de tu sangre.
Me esconderé en los astros muertos
y extrañaré la vigilia
que desde la ventana nos susurraba
palabras de frío y de brazos abiertos.
Acompáñame a escapar
del sonido de las avenidas
de las atmósferas de la inercia
de las horas que no renacen.
Seremos pájaros multiplicándonos en el éter
y será un mañana más violeta y amarillo.
miércoles, 26 de mayo de 2010
jueves, 13 de mayo de 2010
Lo cierto es que me quedo sin cómplices
los pájaros no vienen
y las palabras sólo a ratos.
Será porque me siento como un ciego
que avanza a tientas entre el olvido y las
espinas
y cada día es más tarde
y cada día es más frío.
Será hasta mañana entonces
cuando recoja los escombros
y vuelva a amar la ciudad
como a los
gestos de los gatos.
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