ENCUENTROS EN AGUAS (fragmento)
I
“Si alguien se atreviera
A llegar hasta mi puerta
La certidumbre
Rompería en sollozos
Y ya no vendría nadie
Nadie desde el pasado”
Diálogo, Stella Díaz Varín.
Hay habitantes
nuevos en esta sangre
desconozco sus
cuerpos e intenciones
unos dicen
que me lance al río
que sería bueno
nadar con los peces
y los otros
que abandone el
peligro del agua
que se vive mejor
en el polvo
con los otros
con todos los otros
con todos los que
alguna vez
escupieron fuego en
la orilla.
II
Incomprendidas del
río, intocadas
absolutas, tristes.
Ese será el día
-presentimiento que no quise,
tú sabes, los conoces-
que tomaré la forma deseada”.
Ven de la luz, hijo, Stella
Díaz Varín.
Este
río es una cama
y me duermo en su
ritmo de peces viajeros
y te llamo con las
manos mojadas y los ojos abiertos
esperando que allá
lejos
en tu casa de rocas
y raíces enredadas
escuches este grito
milenario y acudas a él
quizás como un
anfibio que no sabiendo por qué
extraña algo de
humedad entre sus dientes.
Este río es una
cama
y mientras flota
este malherido cuerpo
retumba en mis
oídos la música del agua
piano de gotas y
sedimentos
que arrastra a
todas las niñas celestes
que reían y reían
al comandar el barco
pero que olvidaron
su rostro y sus manos
al estrellarse en
la orilla.
Esta cama es un río
y me transformo en tripulante
de un cuerpo
habitado por botes, barcazas
y canoas
cuerpo que no sabe despertar
del ritmo
de este dulce y tenebroso
cauce:
dentro del agua está el agua.
Esta cama es un río
abro los ojos y me estrello
contra la orilla
lugar donde creí
desembocaríamos en el mar.
Pero no
Este cuerpobarco corazónbarco
Sólo permite viajeros a vela
porque ellos no
llegan nunca a la orilla
porque ellos nunca
olvidan sus manos
porque sólo ellos
saben tender las sábanas
en este tenebroso y
dulce cauce:
dentro del agua
está el agua.